Demos un salto en la historia...
El gobierno argentino había perdido apoyo en todos los sectores y ya no podía valerse de otro Mundial de Fútbol, como el de 1978, que le sirviera de "vía de escape". En esta línea Galtieri y el Estado Mayor decidieron "recuperar" las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982 con el pretexto de que las negociaciones pacíficas con Gran Bretaña habían fracasado dos meses antes.
El gobierno argentino, que estaba a la deriva, de pronto enfiló hacia los mares del sur, creyendo que contaba con el respaldo de militares norteamericanos para esa audaz y caprichosa acción. Esa decisión sin criterio que costó la vida de miles de jóvenes argentinos (la mayoría proveniente de las provincias) partió de hipótesis erróneas.
La Casa Rosada insistía en que Ronald Reagan, vinculado históricamente a la Inglaterra de Margaret Thatcher, no abandonaría a su suerte a sus "amigos" argentinos. Ocupadas las islas, en el centro de una tensión internacional, Argentina quedó sola en el intento. Estados Unidos ha sido, es, y será aliado de Inglaterra, en todo concepto y en todo conflicto. Estados Unidos es la evolución del imperialismo decimonónico anglosajón del XIX, la cultura inglesa se exportó a norteamérica y allí toma una nueva vitalidad.
Pero cualquiera que fuese el razonamiento -el de oportunismo demagógico, el de desesperación o el de ignorancia de las reglas de juego internacionales y de los intereses de las grandes potencias- gran parte de la sociedad argentina le dio el visto bueno al mesianismo del gobierno en el camino a la guerra.
La Plaza de Mayo congregó a febriles manifestantes que vivaron la ocupación. Se recolectaron joyas en la televisión para disponer de más fondos. Una semana antes miles de obreros habían exigido en el mismo sitio aumentos salariales y habían sido severamente reprimidos por las fuerzas de seguridad. Pero esta vez, Galtieri salió al histórico balcón, patrimonio del peronismo, y fue ovacionado por la multitud repetidas veces.
A lo largo de los acontecimientos el poder militar dispuso de un aparato de acción psicológica, de una campaña publicitaria que justificaba las acciones bélicas y el trabajo diario de periodistas de prensa escrita, radio y televisión que elogiaban la ocupación.
Comienza la Guerra.
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