18 mar 2007

Waffen-SS (6)

En las Waffen SS sirvieron un total de unos 6.000 noruegos y daneses bajo un sorprendente número de denominaciones. Se formaron Freikorps -legiones extranjeras-, además de la división Wiking. A principios de 1943, las tropas escandinavas se fusionaron en una renacida división Nordland, que al final fue destruida en la batalla de Berlín, hasta el último hombre. Estas primeras unidades estaban compuestas  por nórdicos reconocibles, como por ejemplo por holandeses, considerados primos de los alemanes. Los holandeses dieron una cosecha récord de voluntarios a las SS: se estima en unos 50.000. La que finalmente se denominó división Nederland terminó embolsada por los rusos en Curlandia y sólo se pudieron evacuar algunos pocos efectivos por mar. Los belgas, conducidos por León Degüelle, dieron lugar a dos divisiones: la Langemarck y la Wallonie, que fueron trituradas a sangre y fuego en el frente del Este.


Como hemos venido planteando a través de las imágenes, no faltan referencias en la propaganda de las SS sobre varios países europeos. En las anteriores, se repite el esquema en el caso de los carteles daneses y el de la Brigada Wallonie, haciéndose referencia al pasado vikingo y nórdico de estas naciones centro-norte europeas, y destacando el espíritu anti-bolchevique de su "cruzada". La última imagen anima a los voluntarios belgas a alistarse en la división Wallonie.
El avance en el frente del Este fue una fuente constante de voluntarios. Estonia y Letonia destacaron especialmente. Para la primavera de 1943 se habían presentado 22.000 voluntarios, que se encuadraron en tres divisiones (dos letonas y una estona). Los supervivientes también acabaron en la bolsa de Curlandia… En los Balcanes ocupados, Hitler hizo grandes esfuerzos por reclutar musulmanes balcánicos descontentos con el estado yugoslavo, que fue desmembrado oficialmente por la conquista, en abril de 1941. Se formaron tres divisiones: la musulmana Handsher, la albanesa Skandenberg y la croata Kama. Después de echar una mancha en su expediente, amotinándose en el período de instrucción, se envió a los musulmanes a entendérselas con los partisanos de Tito. Sus éxitos en campaña fueron muy pocos y su principal “hazaña” fue una matanza de civiles yugoslavos.


Soldados bosnio-musulmanes de la División Handsher. Nótense el Fez (gorro) con el aguíla nazi y la calavera de las SS, además del sable junto con la svástica en el cuello de las chaquetas. Esta imagen, a pesar de ser muy probablemente un ardid propagandístico, nos ofrece otro excepcional detalle: los tres soldados se afanan en la lectura de un breve panfleto en cuya portada se lee Islam y Judaismo. El adoctrinamiento antisemitista adquiere en este caso gran significación.
En Rusia, Ucrania y las zonas de los cosacos del Don y del Kuban eran fértiles tierras para el reclutamiento, hasta que se vio la verdadera naturaleza de la ocupación alemana. Se presentaron como voluntarios unos 100.000 anticomunistas ucranianos que formaron la 14ª División Galician y resultaron virtualmente barridos en su primera (y última) batalla: la bolsa de Tarnov-Brody, en junio de 1944. Se formaron también varias unidades de cosacos, pero ninguna consiguió ningún éxito militar destacable, aunque los aliados se las encontraron en lugares tan lejanos de su casa como Francia y el norte de Italia.

Seguramente los intentos menos eficaces fueron los de reclutar de entre los prisioneros de guerra aliados. El líder independentista hindú Subhas Chandra Bose trató de formar un ejército nacionalista indio, con prisioneros tomados en el norte de África, pero no consiguió atraer a más de 2.000. El reclutamiento entre los franceses dio lugar a la Sturmbrigade Charlemagne, que posteriormente se elevó al rango de división, pero nunca tuvo más fuerzas que las de una brigada. También la Charlemagne fue aniquilada en la batalla de Berlín, con la participación de un puñado de españoles, restos de la división azul. Lo más vergonzoso fue el fracaso de formar una unidad SS británica, la Britisches Freikorps o “Legión de San Jorge”. Estos marginados ingleses nunca llegaron a constituir más de un par de secciones y fueron un constante quebradero de cabeza para sus patronos alemanes por sus incesantes peticiones de mujeres y bebida. Desde luego, éste fue un caso de pura propaganda, por encima de cualquier posibilidad militar práctica.
Una imagen inquietante, ¿en qué estarían pensando los escasos subditos británicos que se alistaron en las SS?
El fracaso de obtener mejores resultados de los reclutas disponibles (especialmente en el Este) puede achacarse a la falta de tiempo y el atroz comportamiento de los alemanes con las poblaciones conquistadas. Las dos cosas fueron elementos claves en la destrucción de Alemania y de sus SS.

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